domingo, 9 de mayo de 2010

Pesca y Pez Polla

Hablar de la pesca del pez polla es hablar del principio de los tiempos más remotos y remontarnos al origen mismo del hombre como piedra angular del desarrollo terrícola viviente. En las próximas páginas hablaremos de la pesca del pez polla desde el punto de vista industrial, recreativa e incluso deportiva.

Vamos a empezar por el principio y el principio no es otro que el origen de todo. El pez polla, en cualquiera de sus variantes y especies, siempre ha sido muy solicitado ya sea como alimento de ricos y múltiples nutrientes ya sea como ornato o devoción.Desde que alguien descubrió este pez no ha habido una sola cultura o civilización que no se haya dedicado a su pesca.

Los más primitivos utilizaban cañas de bambú u otros árboles vegetales para poder pescarlos. Como son muy traviesos, huidizos y juguetones, se necesita una caña muy elástica y resistente para que soporte con resignación los empujes y acometidas del bicho, que además está siempre cabreado porque le han pinchado en la boca, o sea que ha picado y eso le jode muchísimo.

Si bien los tiriburcios sentaron las bases de la pesca del pez polla tanto en aguas turbulentas como mesiánicas, fueron los esquimales de la Paragonía Celeste los que mejor desarrollaron su captura tanto a mano como a máquina.

Sin embargo fueron la tribu guerrera y pirata de los despóticos los que dieron el gran salto al descubrir que en alta mar se pescaban más peces polla que desde tierra, pero para eso hacía falta ir en barco y como ellos ya tenían barcos, pues que lo cambiaron todo, incluso el precio que bajó mucho, al haber mayor oferta y comer pez polla pasó de ser algo solo para gente bien y de mucha pasta, a convertirse en un producto popular, Los despóticos recorrieron todos los mares conocidos en busca de bancos de pez polla y su esfuerzo tuvo una doble recompensa. Por un lado el pez polla pasó a ser y estar al alcance del proletariado y por otro lado su continuo navegar les obligó a realizar cartas marinas, mapas y planos que les permitieran saber donde estaban, a donde iban y sobre todo de donde venían, más que nada para regresar a casa y vender las capturas en la rula de pueblo.
(ÚNICA IMAGEN QUE SE CONSERVA DEL PIRATA TANINGO HIJOPUTA, “POLLATIESA” O “EL NIÑO)


Como anécdota podemos contar que el famoso pirata, Taningo Hijoputa, al que se conocía en algunos puertos por el sobrecogedor y temible nombre de “Pollatiesa”y en otro sitios como “El Niño” por su engañoso aspecto infantil, fue además de pirata y fontanero en sus tiempos libres, un pescador de pecespolla de muy alto calado cuyas capturas llegaron a ser míticas.
Pues “Pollatiesa” o “El Niño” según se prefiera, dejó correr el rumor de que en algún punto del Océano atlántico había encontrado un banco de peces polla de oro y piedras preciosas, pero que no se podían pescar porque rompían las redes y los aparejos. Incluso llegaron a circular mapas en los que se explicaba como llegar al banco de peces polla de oro, como el podemos ver aquí al lado y que se encuentra en el Museo de la piratería de Ostrava del Norte y parte del Este acuático.

Pesca Industrial
La pesca industrial del pez polla es una de las más importantes de todas cuantas se practican en el mundo debido a la gran demanda que hay de este pescado que puede comerse solo o con leche, a la parrilla, a la brasa, cocido, guisado, en marmitako y hasta el sushi. Gusta mucho y se consume mucho, de ahí que sean bastantes los armadores que se dedican casi en exclusiva a su captura. Como ya les hemos dicho la pesca industrial y masiva del pez polla se hace siempre desde barcos y nunca desde tierra que es donde se hace a mano. Así que podemos hacer un seguimiento histórico de cómo se ha realizado la pesca del pez polla tan solo con mirar las naves que se han utilizado.
Naves
Empezamos por una de las primeras naves que se utilizaron para la pesca de este bicho y que tenían como principal característica que iban tripuladas por vacas y toros, que no tenían miedo al animal en cuestión. La que vemos aquí arriba se supone que hacía la ruta entre Sargadelos y Trubia y que perteneció a Franco Delano, un patrón muy mandón que se pasaba el día comiendo pipas de girasol, eso sí, con sal y que no hacía otra cosa que pensar en ella, una vieja mesonera que trabajaba en una cantina de Pórticos 2 y que le tenía comido el seso.La nave que ven aquí justo debajo es un barco pezpollero despótico, o sea que lo utilizaban y construían los despótidos. Rápido, seguro, eficaz, bueno en la flexibilidad a la hora de acometer cambios bruscos de rumbo; De babor a estribor en un plis plas, lo que es muy útil para pescar peces polla porque de todos es sabido que cambian de rumbo y dirección más que una veleta y para evitar sus hábiles quiebros de cintura y poder pescarlo, necesitas un barco ágil y éste lo era. Además estaba construido de hueso de alce cojo lo que le hacía más veloz, pero también más frágil en los cruces sin semáforos.

(BARCO PEZPOLLERO DESPÓTICO)

Esta otra nave que está aquí arriba es vikinga, de la época de los vikingos, a los que les gustaba el pez polla en pepitoria y con un poco de nuez moscada. Cuando un barco vikingo salía a la pesca del pez polla podían estar hasta tres meses sin arribar a puerto, lo que provocaba muchos problemas entre la tripulación que terminaba utilizando los peces polla para hacer guarradas y satisfacer sus ansias más urgentes.

Este velero bergantín que podemos ver sobre estas líneas es de la época de Sancho Panza y se movía sigiloso por aguas de los cinco mares. Solía tener una tripulación enorme que sobrepasaba los mil hombres y como no cabían todos en el barco, se los iban comiendo según iba llenando la bodega de peces polla.Eran más brutos que un arao, pero se lo pasaban bien comiéndose los unos a los otros. Eso sí, los que lograban sobrevivir y por consiguiente volver a buen puerto, se forraban porque cuando repartían los beneficios de la venta en la rula de todo el pez polla que traían en las bodegas, siempre les quedaban unos beneficios muy pingües, que es lo mismo que pingües beneficios.Sin embargo en el barco que ven aquí debajo es el “Connio”, todo un mito de la navegación pesquera pezpollera, sobre todo del siglo VII en adelante.

Tenía dos velas y un foque, lo que le permitía virar a barlovento a placer y eso le posibilitaba la persecución de los bancos de pez polla mucho mejor que los bajeles que usaban otros. El “Connio” fue el mayor hallazgo de los astilleros eibarreses y una pena que vendieran la patente a los rusos y éstos la tiraran al retrete del Kremlin Claro que así les quedó el Kremlin como se puede ver ahí abajo a la derecha y no se pueden imaginar la de rublos que se tuvieron que gastar para evolverlo a su imagen y forma original.
Ya se sabe que la venganza del pez polla es criminal y más aún cuando se siente ninguneado.
Y no les hemos escrito sobre el Pezpollero fenicio del siglo MC a.c. porque ya se lo contamos todo antes, ansín, que no voy a repetime bobu.

La Costera del pez polla
Y hemos dejado para el final de este capítulo el episodio correspondiente a la ya mítica costera del pez polla, o si lo prefieren el momento más importante del año para los pescadores industriales de pez polla, porque para los aficionados y deportistas hay otro momento importante, pero de eso hablaremos en el episodio correspondiente a la pesca deportiva del pez polla.
Si estábamos siguiendo la evolución de la pesca del polla a través de los siglos, estudiando y analizando los barcos, las naves, las embarcaciones que ha utilizado el hombre para este fin a lo largo de los años, es lógico que finalicemos con la costera porque es de ahora, está vigente, es lo último, lo más moderno, lo que hay y con los buques que se usan para este fin llegamos a nuestros días y el ciclo se cierra. ¿Me entienden o les hago un esquema? Porque es sencillo.
Para llegar a buen puerto tras participar en una costera del pez polla hay que tener siempre, siempre se ha tenido, una buena embarcación. La costera del pez polla es muy exigente y no admite cualquier tipo de nave. Tiene que ser flexible, rápida, ágil, eficaz, cómoda, operativa y muy jugable o juguetona; que disfrute persiguiendo a los bancos de pez polla en sus increíbles cambios de rumbo y dirección que despistan mogollón. Los barcos modernos que se utilizan ahora para la costera del pez polla son como los que pueden ver ahí abajo

Los hay más grandes y más pequeños. Con más capacidad en las bodegas y con menos. Con cámara frigorífica para congelarlos en alta mar y que lleguen intactos a la mesa del consumidor más exigente. Los hay con baño y televisión. Los hay guapos y feos. Los hay de todas las formas y maneras, pero son unos barcos cojonudos en todo. Por eso cuando un pezpollero deja de servir a la causa, ya sea porque está mayor y no puede rendir al mismo ritmo que otros, o bien porque se haya acogido a un plan de prejubilación anticipada, da igual, se vende muy bien en el mercado de segunda mano.
Los pezpolleros modernos, como éste que está a la derecha, están dotados con los últimos avances en tecnología punta. Tienen de todo, hasta barra de labios y por supuesto tienen cierre centralizado, esparabanes, escarpines, elevalunas ortopédico y vajilla desportillada. No les digo
nada sobre los radares y las antenas parabólicas y los sonares de alta gama porque me imagino que ya se lo imaginan. El Romerijo, que es el buque que está aquí encima, tiene hasta retretes de alta definición, con eso les digo todo. Es de fabricación coreana y se nota mucho en la confección, pero son tan baratos que la gente los compra como churros.
Los Bungaló, que se inventaron en los astilleros Nizar de Huesca, están especializados en las costeras de pez polla de invierno y en zonas heladas. Tienen calefacción central y nevera.
Los buques pezpolleros de altos vuelos que surcan ágiles los mares como si no les importara que fuera de nuestros estudios haya diez grados bajo cero y se congele hasta la meada.
Las salas de envalado del pez pollero modelo Bungaló se fabrican en tres colores y con dos tipos de motores diferentes. En esta sala se coge al pez polla y se le trocea, machaca o pulveriza según el producto que se vaya a hacer.
Todos los pezpolleros, por orden ministerial y comunitaria, pescan con aparejos suaves y aterciopelados, redes de ganchillo o macramé hechas a mano y utilizan como cebo el pixin alangostao o la espalda del besugo. Sin embargo hay tramposos, como en todo, que para capturar al bicho usan la almeja o la concha fina que está terminantemente prohibida por la Unión Europea tal y como se recoge en el Tratado de Sobrescobio.
En los viejos tiempos de la Unión Soviética, se sabía, porque se sabía, que su flota pesquera usaba la almeja, la concha fina y hasta le mejillón castrado para pescar pez polla.
En la ilustración de arriba, robada a la CIA por los suecos, se puede ver a un pezpollero tipo Coñotov con pabellón húngaro, repostando en el puerto de Castropol durante una costea otoñal. La foto está hecha de lejos, pero aún así se puede apreciar que tiene dos palos y una proa plana, prueba inequívoca de que llevaba almejas en la bodega.
Los pezpolleros modernos que hacen la costera del pez polla cuentan con una tripulación no demasiado amplia, pero muy especializada. El que menos es ingeniero de algo y el más tonto sabe hacer aviones de papel con pasajeros dentro.
Para poder ser pescador-marinero de buque pezpollero costero hay que pasar por una serie de pruebas muy duras, exigentes y a veces extremas que pasan muy pocos.
Hay cursos y academias especializadas en la preparación de aspirantes a las oposiciones a pescador-marinero pezpollero. Eso sí, una vez aprobada te dan el gorro acreditativo y encuentras trabajo enseguida porque hay mucha demanda en todos los laos.

Ahora el futuro está, o eso parece, en el fondo del mar. O sea que se está imponiendo el pezpollero submarino simple. Dicen los que lo han utilizado que se pesca más y cuesta menos. El problema es que un barco de estos como el de arriba, cuesta un huevo y no todo el mundo tiene la pasta suficiente como para hacerse con uno, aunque se pueden pedir créditos blandos a entidades plurianuales.

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